Vistas de página en total

sábado, 17 de diciembre de 2011

CHANGELING.

Título: “El intercambio”, en España. “El sustituto”, en México, Argentina y Chile.

País y año: EEUU 2008

Dirección: Clint Eastwood.

Guión: J. Michael Straczynski.

Reparto: Angelina Jolie, Jeffrey Donovan, Colm Feore, John Malkovich, Amy Ryan, Geoff Pierson, Jason Butler Harner, Michael Kelly.

Música: Clint Eastwood.

Estreno en España: Diciembre 2008.



Basada en un hecho real ocurrido en EEUU en Los Angeles en la década de los años veinte (1928). Narra la historia de una mujer en la búsqueda de su hijo desaparecido, Christine Colling, madre soltera que trabaja en una centralita telefónica. Un día, de regreso de su jornada laboral descubre que su hijo Walter, de 9 años, ha desaparecido. Pasan cinco meses de angustiosa incertidumbre hasta que la policía le anuncia que ha encontrado al pequeño en Illinois. El encuentro de madre e hijo, organizado estratégicamente ante la prensa esconde, sin embargo, una mentira: el chico no es el que dice ser.

Es la última película del veterano Clint Estwood con una excepcional recreación de los Angeles de los años 20-30, protagonizada por Angelina Jolie y John Malkovich en el papel del párroco que la ayuda a encontrar la verdad sobre el paradero de su verdadero hijo.

De impecable estética, interesante y muy bien interpretada y dirigida, es un hecho real que, por su tratamiento se puede calificar de excelente guión, acertada elección de actores y estupenda interpretación.

Si nos centramos en los principios a que esta película se quiere referir la corrupción policial es aquí uno de los puntos centrales. Asesinatos, intimidación y represión es lo que éstos aplican, llegando a internar en un psiquiátrico a las personas molestas que tratan de evidenciar las mentiras oficiales y los abusos continuados.

Pasan los meses y la Sra. Collins no se resigna a no volver a ver a su hijo. Su tesón le lleva a emprender, con el reverendo Gustav Brieglels (John Malkovich) una cruzada contra el Departamento de Policía que pretende dar por cerrado el caso, sustituyendo a Walter por otro niño parecido (de ahí que la película deba denominarse “El sustituto”) con el fin de acallar a la opinión pública y salvar así al Departamento de Policía.

Mientras tanto, el brutal asesino de niños sigue libre; hasta que, por casualidad, el detective Ybarra (Michel Kelly), venido de Washington y perteneciente al FBI da con la pista adecuada.

Con la captura del asesino y la imposibilidad de seguir falseando la realidad, la película se centra a partir de aquí en los juicios al prisionero y al Departamento de Policía de Los Angeles. El primero es condenado a la horca, y los padres de sus víctimas acuden a su ejecución con un haz de sentimientos que van desde la venganza hasta la conmiseración por este individuo.

La corrupción del Departamento de Policía queda igualmente en evidencia, siendo cada uno de ellos acusado y sancionado por la Justicia.

Es pues, la asombrosa historia de una mujer a la que su instinto maternal (2º punto clave del film) logra detener la maquinaria política de la ciudad. En el año 1928 Los Angeles estaba en manos de una infraestructura política despótica a cuya cabeza se encontraba el Alcalde George E. Cryer, respaldado por el jefe de policía James E. Este reinado empieza a hacer aguas cuando Christine Collins denuncia la desaparición de su hijo de 9 años. Después de meses de búsqueda la policía sólo había obtenido una creciente publicidad negativa. Cuando logran encontrar a un chico semejante al hijo de la protagonista, se despliega un montaje mediático para el reencuentro entre el niño y la desesperada madre. Era una forma de distraer al público y de alejar la presión a la que empezaban a estar sometidos por su incapacidad para resolver el caso y con el que pretendían hacer olvidar al pueblo los innumerables escándalos de corrupción.

Pero el niño no era el hijo de Christine y ella lo declaró así en repetidas ocasiones. No obstante, se hace cargo del niño durante un tiempo para ver si a través de este tiempo sale del “supuesto” “shock” ante el reencuentro y logra identificar al chico como su hijo. El caso en este punto se cierra.

A las tres semanas la madre vuelve con el niño al departamento policial y vuelve a decir que no es su hijo. Ante el escándalo que esta manifestación podía ocasionar en la trama y Justicia Policial, se la hace ingresar en un psiquiátrico al no reconocer su “equivocación”, acusada entonces de negligencia y locura. Allí es ingresada bajo el Código 12, reservado para personas difíciles, mujeres a las que se las ingresa en Psiquiatría sin orden judicial alguna. La persistencia en su juicio y la negativa a firmar la “razón” de la policía la colocan al borde del “Electro-shock”.

El niño acaba reconociendo que no es Walter, que tiene 12 años y que su nombre es otro, que se había escapado de su casa y que quería llegar a Hollywood para conocer a su actor favorito. Al enterarse del caso se hace pasar por Walter (en su momento reconoce que fue inducido por la policía) con el fin de que la madre (la Sra. Collins) le alimente, le cobije y le compre el billete de autobús. Sin saberlo este plan desencadena los acontecimientos que cambiarán para siempre el comportamiento de la policía de Los Angeles.

Tratando ahora de hacer una reflexión, desde un punto de vista dinámico, podríamos enclavar su desarrollo en tres puntos clave o estratos, a los que me he venido refiriendo.

1.- Un primer estrato está representado en la madre tal es su instinto materno, que la lleva encomiablemente y con un gran tesón tras la búsqueda de su verdadero hijo, al que no se resigna a no volver a ver, ni a dar por muerto.

Esta tenacidad tras la búsqueda de la Verdad y el desmontaje de la mentira dará sus frutos al lograr, tras un enfrentamiento con el Departamento Policial, de encontrar, al menos, la pista de su auténtico hijo, que ha caído en manos de un asesino en serie, dedicado a coleccionar niños para posteriormente matarlos.

Una vez encontrada la pista, no hay nada más que seguirla, lo que hace el Jefe de Policía venido de Washington con este fin.

Aparece aquí el que podríamos denominar

2.- segundo estrato correspondiente al choque con la Realidad que supone el enfrentamiento del personaje con el Poder Absoluto, representado en el Departamento Policial del Condado de Los Angeles que, a través de su sacralización, se permite todo tipo de atrocidades, configurada en su trasfondo como una Autoridad corrupta, falsa e injusta.

3.- Y un tercer estrato que es calificable de sublime, representado en la Iglesia y a través de su párroco, que se presta a ayudar a la mujer, al querer que triunfe la Verdad, la Justicia y la Honestidad por encima de lo falso, injusto y corrupto, al que me referí en el segundo estrato.

Todo ello supone que es una película filmada con elegancia, precisión y afilado espíritu crítico.

Se la puede calificar de obra maestra por su firmeza en los planteamientos, resguardo de los principios básicos éticamente y saturada de un clima enormemente emocional por lo que mantiene la atención del espectador y le lleva a un estado psíquico de enorme satisfacción.
Por último, añadir que el cine de Eastwood exhala siempre emocionalidad, tensión y verdad como en su anterior película “Million Dolar Baby”.

1 comentario:

  1. La mejor interpretación, a mi parecer, de Angelina Jolie. Realiza un trabajo excelente. La banda sonora, una maravilla. Sobre la filmografía de Clint Eastwood, estoy de acuerdo en que incluye obras maestras. Solo me desilusionó "Más allá de la vida". Nieves.

    ResponderEliminar